Las energías limpias y renovables se han puesto este año más de moda que nunca. Cierran un ejercicio que las ha tenido en el ojo del huracán durante medio año, mientras se materializaba la nueva regulación que ajustaba sus retribuciones.
La anterior normativa, aprobada en marzo de 2004, sólo duró tres años. Algo estaba cambiando y la ley no podía ser ajena a las inversiones millonarias que se multiplicaban por toda la geografía española. No en vano, España se ha convertido en menos de cinco años en una potencia mundial en energía eólica y solar, tanto en instalaciones como en fabricantes.
En mayo el Real Decreto 661/2007 trató de ordenar el crecimiento de los sectores más maduros e impulsar a las tecnologías más desfavorecidas, sin dejar de primar su existencia. Aún ahora se trata de tecnologías que producen electricidad a un coste mucho mayor que las fuentes de energía convencionales.
Tras mucha negociación no exenta de polémica, el mapa de las renovables está aún por dibujar. Y en el horizonte, el objetivo europeo de conseguir que las energías alternativas aporten un 20% de la generación en el año 2020.Solar fotovoltaica
Es la estrella. Ha registrado el crecimiento más fulgurante del ejercicio. En dos años el número de instalaciones se ha incrementado un 139% y la potencia instalada crece a ritmos de más del 500%.
La fotovoltaica crece porque no le faltan los novios. A este negocio se han lanzado constructoras, grupos hoteleros, inmobiliarias y hasta fabricantes de camiones. Las buenas retribuciones han hecho de esta energía un sistema interesante, entre otras cosas, para diversificar el negocio con generosos retornos.
- La térmica, la hermana pequeña
La energía solar térmica no termina de arrancar pese al impulso del Ejecutivo. El Código Técnico de la Edificación, aprobado este año, establecía la obligación de instalar placas solares térmicas para el abastecimiento de agua caliente sanitaria en edificios nuevos y restaurados. El pasado 11 de diciembre, el Gobierno aumentó las ayudas hasta los 9.000 millones para que los edificios antiguos puedan adaptarse también a estas normas.Energía eólica, en transición
La energía eólica era una de las tecnologías más experimentadas a la hora de la redacción de la nueva ley. El ritmo anual de crecimiento ronda los 1.500 MW cada año. Tras una dura negociación, el Gobierno fijó una rentabilidad de entre el 5% y el 9% a un sector que ha llegado a alcanzar tasas del 16% con la anterior legislación. La normativa fija un límite máximo y mínimo de retribución para las instalaciones.
- Aún no se trasvasan al nuevo régimen
Pese a la entrada en vigor de la nueva ley, la mayor parte de las instalaciones han preferido mantener su régimen retributivo en el marco de la anterior, dado que aún está vigente el periodo de transición. De todos modos, dados los precios de las energías, los parques sólo han ganado un euro más por MW quedándose en la anterior norma.
- Nuevo horizonte
Mientras que el Plan de Energías Renovables fija un objetivo de 21.000 MW de potencia eólica instalada para 2010, desde el Gobierno empiezan ya a hacer los cálculos precisos para que se puedan alcanzar los 29.000 MW en 2016. La cogeneración digiere la nueva ley
La norma fue acogida con optimismo en la cogeneración. La ley promociona la alta eficiencia, se promueve la participación plena de la cogeneración como productor eléctrico y se retribuye explícitamente la eficiencia.
- Nubes negras en la aplicación
Lo que en papel era una buena noticia, en aplicación está resultando un completo fracaso.El desarrollo de la orden ministerial tendrá implicaciones negativas para el sector porque las primas podrían no cubrir los proyectos con los actuales y elevados precios del gas.
lunes, 21 de enero de 2008
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