La tendencia bajista de fondo de la divisa estadounidense ha sido bien valorada por el mercado y también por las autoridades económicas estadounides, aunque en su discurso oficial hayan defendido su posición favorable a un dólar fuerte.
Lo cierto es que la primera economía mundial ha necesitado contar con una moneda más competitiva para hacer frente a sus desequilibrios estructurales, fundamentalmente sus déficit por cuenta corriente y presupuestario.
Aunque la corrección a la baja de la cotización del dólar (considerada sobrevalorada a comienzos de la década) haya recaído fundamentalmente sobre el euro, propiciando una apreciación de la moneda única excesiva y dañina para las exportaciones de la UE, el mercado ha asumido esta evolución con relativa tranquilidad.
Pero todo tiene un límite y los inversores esperan ya un cambio de rumbo en la relación de las divisas.
domingo, 17 de febrero de 2008
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