Por primera vez desde el nacimiento oficial del euro en los mercados financieros en 1999, la moneda única ha traspasado la barrera de los 1,50 dólares.
Con la excepción del año 2005, en el que se depreció un 12,6 por ciento frente al dólar, el euro se adentró desde aquel ejercicio en una espiral ascendente de la que aún no se ha apeado. Desde los 0,889 dólares a los que concluyó 2001, se revaloriza nada más y nada menos que un 70 por ciento.
Pero es que Estados Unidos lo está pasando realmente mal, algo que afecta de forma directa a su divisa. Si la debilidad acumulada por el dólar entre 2002 y mediados de 2007 se debió sobre todo al abultado déficit comercial norteamericano, su fragilidad se ha visto agravada desde verano por el estallido de la crisis hipotecaria y su posterior contagio a la economía real.
El euro puede continuar escalando a corto plazo. La ruptura del nivel de 1,496 dólares deja la puerta abierta a que intente niveles de 1,516 a muy corto plazo, pero el objetivo para buena parte del mercado es el nivel técnico de los 1,55 dólares.
Las divisas son impredecibles a corto plazo, pero el escenario más probable es que el dólar siga depreciándose hasta que el BCE envíe la señal de bajadas de los tipos o la Fed anticipe que finaliza su ciclo de bajadas.
El siguiente objetivo se sitúa en los 1,55 dólares, que sería el máximo del marco alemán a su tipo de conversión con el euro de 1999 y que se alcanzó en 1995.
sábado, 1 de marzo de 2008
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