" Primera fase: Caída más o menos rápida, más o menos lenta, volátil, ‘si pero no’, ‘no pero no’, hasta mediados del 2010: el 2009 será malo porque a cada día que pase se irá constatando que se está yendo a peor y que no hay modo de revertir la situación.
A lo largo del 2009 se va a probar de todo y no va a funcionar nada a fin de conseguir lo que se busca, revertir la situación. Insisto de nuevo, la crisis es sistémica. Pueden Uds. imaginar el estado de ánimo de la población a medida que vayan pasando los meses.
Segunda fase: A mediados del 2010, el derrumbe: la constatación de la crisis: su inevitabilidad. El sistema queda afectado. Parón financiero. En España el turismo prácticamente desaparece, el subsector del automóvil detenido, la construcción… Desempleo creciente, ventas hacia abajo. Creciente importancia del outlet, del discount. Creciente sensación de inevitabilidad.
El 2011, mucho peor; el 2012 se detiene la caída. Deflación real, pero los precios de ciertas cosas no caerán, el de muchas commodities, aunque su consumo será testimonial.
Tercera fase: El estancamiento. Si a lo largo de la fase primera la caída se fue produciendo a cámara más o menos lenta y a velocidad de vértigo en la segunda, a partir del 2012 todo se parará.
Imaginen un accidente: llega el automóvil a una curva, empieza a inclinarse, lentamente; finalmente vuelca; una vuelta, otra, otra más; de pronto el silencio, la quietud. Eso será la tercera fase, casi tres años.
Cuarta fase: Empezarán a contarse las bajas, a ser consciente de lo que ha sucedido, empezará a calibrarse qué se puede hacer, con qué se cuenta. Comenzará la recuperación, pero, ¡ojo!, que nadie piense en ladrillo, en plástico fácil, en crédito barato, en caravanas quilométricas hacia playas congestionadas, en seis televisores de 80 inches repartidos por toda la casa, en guardarropías con 40 blusas de temporada; todo eso se acabó, y ya no volverá, como el Nasdaq: jamás le volveremos a ver a 5.000.
Recursos escasos, productividad al alza, eficiencia. Por ahí vendrá la recuperación, será lenta, pero llegará, aunque la situación recuperada en muy poco se parecerá a la de antes de la crisis, ¿verdad?; del mismo modo que la recuperación de los 50 y el boom de los 60 en nada se pareció a la situación existente durante los Felices Veinte.
Por eso la que viene es una crisis sistémica, al igual que aquella otra, la de los 30, lo fue.
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