El BCE decidió el jueves poner en marcha su primera medida no convencional destinada a inyectar liquidez en los mercados.
La elección fue la compra de cédulas hipotecarias, algo muy utilizado por la banca española.
Las cédulas hipotecarias son valores de renta fija emitidos únicamente por entidades de crédito y que tienen como respaldo la cartera hipotecaria de la entidad emisora.
La emisión suele ser a medio plazo y en interés por ejemplo de abril fue del 3,80 % (a veces se ha visto superar el 6 %).
Es una de las inversiones más seguras que existen de las que ofrecen bancos y cajas.
La ley impide que la emisión supere el 90 % de los capitales no amortizados de todos los créditos hipotecarios de la entidad.
Además, el riesgo crediticio no se traspasa al tenedor del bono (como ocurrió con el efecto subprime), sino que se queda en el balance del banco.
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