La economía española vive inmersa en un proceso de ajuste sin visos de recuperar tasas de crecimiento cercanas a su potencial a corto y medio plazo. Esta situación llevará al paro a alcanzará el 22,4%, una caída del 1,6 por ciento del Producto Interior Bruto y un déficit del 11,8 por ciento, todo en ello en el año 2010.
El desplome de la construcción, el alto endeudamiento de familias y empresas, una estrategia fiscal demasiado expansiva para la posición cíclica de la economía nacional y la ausencia de reformas estructurales en los mercados, han agudizado la desaceleración de la actividad española hasta sumirla en una profunda recesión.
La combinación de esos factores en un entorno de restricción de liquidez en los mercados crediticios globales configura un proceso en el que la adaptación a la situación se produce a través de fuertes caídas de producción y de empleo.
sábado, 11 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario