Las entidades financieras, al entrar en diversas inversiones peligrosas para sus balances, han adquirido participaciones muy arriesgadas en sectores peligrosos, tales como el inmobiliario (acumulando un elevado número de propiedades cuyo valor ha ido bajando con el tiempo).
También concedieron créditos hipotecarios con alto riesgo de impago (subprime).
Por todo ello, los Estados han tenido que adquirir esos activos tóxicos mediante diferentes fórmulas para que las entidades financieras sanearan sus estructuras y no quebraran.
Por ejemplo, en Irlanda el Estado ha adquirido parte de los activos tóxicos.
En USA el Gobierno ha realizado inyecciones de capital adquiriendo acciones de los bancos.
En España se habilitaron fondos públicos para adquirir activos. Estos fondos han primado los activos respaldados por nuevos créditos para así garantizar que la financiación llegue a todos los sectores.
lunes, 21 de septiembre de 2009
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