Continúan las devoluciones, por parte de los grandes bancos norteamericanos, de las ayudas recibidas por la FED para evitar las quiebras.
Wells Fargo lo ha hecho mediante la emisión de acciones preferentes en beneficio del Tesoro norteamericano.
Citigroup ha sido el último en acometerlo.
Aunque sin duda es una buena noticia, no todo lo que reluce es oro. La FED ya avisó hace tiempo, de manera suave y sin querer darlo a entender, que no dispone de capital para salvar a todos los bancos, por lo que el objetivo se centraría en evitar que cayeran las grandes firmas.
Esto se debe a que si caen los grandes bancos se volvería a colapsar el sistema financiero norteamericano (y con el efecto bola de nieve también el sistema financiera internacional).
También de esta manera se ha pretendido evitar que existan bancos fantasmas, como ocurrió en la crisis de Japón.
Bancos fantasmas son aquellos que son salvados de la quiebra mediante ayudas públicas pero que no son suficientes para que relancen su actividad bancaria, es decir, no quiebran pero tampoco pueden salir de la crisis.
¿Qué ocurre con las divisas? Porque juegan un papel decisivo para salir de la recesión económica.
Ya dijimos hace unas semanas que el yen había dejado de ser la divisa más barata para tomar financiación, que los bajos tipos de interés en USA restaban interés al la moneda japonesa como divisa estrella del carry trade y ahora era el dólar.
Pero en cuanto la FED cambie su política monetaria en el 2010 y comience a subir los tipos de interés el escenario cambiará.
De hecho, los tipos interbancarios ya empiezan a descontar las posibles subidas de tipos americanos y la probable estabilidad de los japoneses.
De todas formas, las autoridades japonesas no están muy preocupadas por la posible depreciación de su divisa, al revés, todo lo contrario, por lo que seguramente en los próximos meses veamos al yen bajista y al índice Nikkei alcista.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario