Mañana, en Informes de Mercados, nos centraremos en los mercados bursátiles. Analizaremos las perspectivas y las razones.
Hoy nos centraremos en nuestra crisis particular, la errónea política fiscal que se está aplicando y el por qué de ello.....
Se habla de crisis financiera internacional, pero cada país afronta su propia parcela y en el caso de España la crisis doméstica se agrava a pasos agigantados.
Desde hace cuatro meses estamos comentando que en el 2010 la tasa de desempleo continuaría creciendo, que no había ni un solo motivo para ser optimista, que el número de pymes que habrían de cerrar también aumentaría.
Pues por desgracia, los peores augurios se van haciendo realidad, observando tres frentes muy dañados: el número de parados registrados traspasó la barrera histórica de los cuatro millones (y eso que no se contabiliza a los desempleados que están haciendo algún curso de formación); la Seguridad Social sigue perdiendo afiliados y acumula seis meses de caídas; el gasto en prestaciones por desempleo aumentó más de un 20%.
El hecho es que cuando se infla una burbuja (en nuestro caso la inmobiliaria) y gran parte de nuestra economía depende del sector de la burbuja, estamos asumiendo un riesgo elevado y una escenificación dantesca y esperpéntica, ya que el ciudadano de a pie nunca vio mejoras en su vida (tan solo encarecimientos progresivos del precio de las viviendas) y solo unos sectores vieron grandes beneficios (entiéndase constructores, promotores, intermediarios, políticos corruptos).
La política fiscal entendemos que no ha sido la correcta.
Por un lado, era preferible no suprimir el impuesto de patrimonio, que al fin y al cabo no afecta a todas las personas, aunque es cierto que es un tributo obsoleto y que en la mayoría de países no existe, pero en España es el principal tributo recaudatorio de las Haciendas regionales-locales. Que por cierto, no se iban a quedar sin su gallina de los huevos de oro y la supresión del IP lleva aparejada la creación de nuevos tributos locales como la tasa de basura, el incremento del IBI, etc.
En segundo lugar, no es aconsejable incrementar la base del ahorro, lo que implica una subida en la fiscalidad de cualquier producto de ahorro e inversión, ya que no se puede pedir a los ciudadanos que hagan planes privados de ahorro para la jubilación para poder descargar a la Seguridad Social, y al mismo tiempo penalizar al ahorrador.
En tercer lugar, incrementar el IVA es también perjudicial, ya que recordemos que mientras no aumente el consumo no se saldrá de la crisis (aumentando el consumo las empresas ganan dinero, así pueden pagar a sus trabajadores e incluso contratar a nuevos trabajadores, de manera que se baja la tasa de desempleo), y claro, el IVA es un impuesto que grava precisamente el consumo, de manera que impide que éste aumente.
Además, no es justo el tema del IVA, ya que no es un impuesto progresivo, es decir, no paga más el que más tiene, sino que se paga lo mismo. Ejemplo: al comprar un artículo pagamos el IVA, exactamente la misma cantidad que pagaría un señor con mucho más capital e ingresos.
En cuarto lugar, hay que tener un poco de sentido común. Es insostenible que un señor que tenga una nómina elevada pague de IRPF "casi lo mismo" proporcionalmente que una estrella de futbol (por ejemplo una estrella del R. Madrid).
Esto es gracias a la ley fiscal de deportistas extranjeros de élite.
En resumidas cuentas, creemos que la política fiscal no es la adecuada a las actuales circunstancias, que no solo la tasa de desempleo es desorbitada, sino que el déficit público es insostenible.
Claro que saldremos de la crisis, aunque seamos los últimos, pero es importante dejar por el camino cuantos menos cadáveres mejor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario