El pasado 11 de marzo, el Banco Central Europeo, la Reserva Federal de EE UU y el Banco Nacional de Suiza, así como el Banco de Inglaterra y el Banco de Canadá, se reunieron para acordar una serie de medidas tendentes a romper la falta de liquidez y confianza que desde octubre se había establecido en los mercados.
Ningún banco, por muy solvente que fuera o mejor rating tuviera, se atrevía a prestar a otra entidad financiera ante el temor de que ésta hubiese sido contagiada por la enfermedad de las hipotecas basuras. Nadie se fiaba de nadie, lo que cerró la financiación de los bancos que a duras penas podían otorgar créditos para seguir fomentando el crecimiento económico.
Ante esta situación, los bancos centrales se propusieron actuar. Las primeras respuestas no tardaron en llegar e incluso entidades españolas, muy castigadas por los inversores extranjeros que exigían precios altos, decidieron romper la tendencia y emitir bonos o cédulas hipotecarias antes que acudir a las subastas del Banco Central Europeo, caso de Santander, Caja Madrid, La Caixa y Unicaja.
El golpe de efecto llegó ayer cuando la Fed y sus socios aumentaron de manera inesperada el importe de las subastas quincenales. La Fed las ha incrementado un 50%, que pasan a ser de hasta 75.000 millones de dólares, con efectividad desde el próximo lunes 5 de mayo.
El BCE, por su parte, sube desde los 30.000 millones de dólares anteriormente pactados a 50.000 millones, mientras que el Banco Nacional de Suiza eleva de 6.000 millones de dólares a 12.000 millones. El comité de mercado abierto de la Fed anunció ayer que la medida tendrá una vigencia hasta el 30 de enero de 2009.
sábado, 3 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario