viernes, 12 de junio de 2009

Sector Bancario

Las instituciones financieras españolas se preparan para un duro verano y pronto tendrán acceso a las ayudas de un fondo de rescate por valor de varios miles de millones de euros que el gobierno está creando.

Las cajas de ahorros más débiles del país necesitará fusionarse, recapitalizarse o ambas medidas ante el insoportable volumen de créditos incobrables que se están derivando del colapso del mercado inmobiliario español.

El plan del gobierno consiste en la creación de un fondo denominado Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria con capacidad para apalancarse hasta diez veces con la ayuda de garantías estatales.

El índice de créditos incobrables para el conjunto del sector financiero casi se ha cuadruplicado en el último año hasta alcanzar el 4,27% de los activos. Se espera que para diciembre esta cifra se haya duplicado nuevamente hasta el 8%.

Hasta la fecha, la única institución financiera que ha tenido que ser rescatada por el estado durante la actual crisis fue Caja Castilla La Mancha.

Pese a la profunda recesión y al aumento del paro por encima de los 4 millones de personas, los bancos y cajas españoles han demostrado solidez frente a sus rivales en EEUU, Reino Unido y gran parte de Europa continental.

Su negocio se centra casi exclusivamente en operaciones minoristas, más que en banca de inversión, y los reguladores del país impidieron que invirtieran en los activos de riesgo y fuera de balance que provocaron el naufragio de otras entidades. También se han beneficiado de un colchón de provisiones genéricas y anti ciclo frente a los créditos incobrables acumulado durante los años previos de bonanza.

Sin embargo, tanto bancos como cajas sufren una fuerte exposición al mercado de la propiedad a través de créditos a promotoras inmobiliarias e hipotecas.

Muchas de las cajas son instituciones politizadas que contrajeron excesivas obligaciones financiando proyectos locales de dudoso valor. Las provisiones genéricas se están agotando con rapidez.

Los bajos tipos de interés han reducido la presión sobre los prestatarios, y los proyectos de estímulo del gobierno, junto con los empleos propios de temporada en el turismo y el sector agrícola, han paliado temporalmente el paro.

Pero si los datos parecen mejores, es debido principalmente a que bancos y cajas están refinanciando frenéticamente a sus clientes, adquiriendo propiedades y cambiando deuda por capital –con lo que relegan el problema al futuro al convertirse en propietarios de bienes devaluados e inmobiliarias en malas condiciones–.

Los bancos están recortando plantilla y varias cajas están estudiando fusiones. En consecuencia, es probable que los bancos más fuertes se hagan con un mayor porcentaje del mercado español.

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