Los bancos asegurados pagan una prima anual al fondo FDIC que, a su vez, invierte en deuda pública norteamericana.
Cuando un banco quiebra, el Gobierno acude al rescate garantizando el total de los depósitos de los clientes con el dinero de ese fondo, hasta un máximo de 250.000 dólares (temporalmente, hasta 2013). De este modo, el depositante no pierde nada.
Por ley, el fondo del FDIC debe alcanzar, como mínimo, el 1,25% del volumen de depósitos que asegura. En caso de que este indicador caiga por debajo del 1,15%, este organismo debería tomar acciones.
Pero el FDIC ha entrado en quiebra técnica. Este fondo para asegurar los depósitos bancarios de los estadounidenses en caso de bancarrota se ha agotado en el segundo trimestre de 2009, debido a las quiebras registradas desde el estallido de la crisis subprime (en total, ya han quebrado 109 entidades desde 2007 y 81 en lo que va de año).
Mientras, el Gobierno tira de deuda pública para garantizar los depósitos bancarios de los ciudadanos.
¿Solución posible? aumentar las cuotas que deben entregar los bancos al FDIC ante la escasez de recursos (hasta un 25% de los beneficios bancarios en 2010).
En las últimas semanas, han tenido que hacer frente a dos importantes quiebras bancarias: Colonial Bank y Guaranty Banks. Se trata de la sexta y décima bancarrota más importante de la historia.
Parece que no se auguran nuevas quiebras de entidades bancarias "gordas", sin embargo, mientras que los grandes bancos han recibido suculentas sumas de dinero por parte del Tesoro norteamericano y de la Reserva Federal, los pequeños están sufriendo para sobrevivir (incluso se habla de una nueva ola de quiebras de pequeños bancos).
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