La economía mundial continúa mostrando signos optimistas, aunque lentos, para salir de la recesión internacional.
Las principales referencias macroeconómicas así lo reflejan, aunque aún no han desaparecido todos los riesgos.
Uno de ellos es ver cómo afrontan los bancos un año 2010 especialmente difícil para ellos, donde por un lado su ratio de mora seguirá muy elevado y donde por otra parte sus pérdidas potenciales seguirán vigentes.
Todo ello se debe al deterioro del mercado inmobiliario (principalmente la parte comercial, así como la exposición de la banca a países del centro y del este de Europa).
Es por ello que las pérdidas tendrán que ser sufragadas con el capital en un periodo de tiempo corto.
Otro de los riesgos aún vigentes para salir de la recesión es el fuerte endeudamiento de los países.
El principal es Grecia, que amenaza la sostenibilidad de las finanzas públicas, debido a que se espera que cierre el año con el mayor déficit público de la Unión Europea (superior al 12,5%).
Por este motivo se le rebajó la calificación crediticia hasta BBB+ y se recortó también a varios bancos griegos.
Es un tema muy delicado, ya que el deterioro de la calidad crediticia de este país podría dificultar el acceso de sus entidades a las subastas de liquidez que celebra el BCE.
Un tercer riesgo es el euro-dólar. Con el descenso de ayer, el euro cerró el peor balance semanal desde enero, al depreciarse un 2,11%. El dólar cerró en máximos de tres meses y firmó su semana más alcista desde el pasado mes de abril.
Es fundamental contar con un dólar fuerte para apoyar la recuperación económica, pero hasta que el Tesoro de USA lo estime conveniente, no será así, ya que a USA le conviene todavía tener un dólar débil, tanto para aumentar sus exportaciones como para convertir su divisa en la reina del carry trade.
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