La mejor prueba de confianza en un proyecto empresarial es la adquisición de acciones a título personal por parte de la directiva y el anuncio de un plan de recompra de títulos con el que animar la cotización.
El máximo permitido en España es el 5 %. En la mayoria de las ocasiones los dos dias sucesivos suben los títulos de la empresa que recompra títulos. Esto se conoce como autocartera.
Telefónica, Banesto y la estadounidense IBM han sido algunas de las compañías que han anunciado esta semana planes de recompra de acciones. El objetivo es doble: insuflar confianza al mercado y retribuir al accionista de una forma complementaria al dividendo.
Así, con un menor número de acciones en circulación en el parqué, mayor resultará después el beneficio por acción. Este efecto benéfico de los planes de recompra de acciones tiene sin duda una buena acogida entre los inversores.
Telefónica no pudo sacar provecho inmediato a su anuncio de recompra de cien millones de títulos. La noticia, que fue recibida junto con la presentación de resultados de la compañía, llegó en una jornada bajista para los mercados, si bien la operadora española fue capaz de contener las ventas en mayor medida que el resto de grandes operadoras europeas.
La recompra de títulos es una muestra de confianza por parte de la compañía, aunque su efecto es ahora limitado. El momento actual de mercado es muy delicado.
De hecho, no es comparable la amortización por el 1% del capital anunciada por Banesto con la recompra hecha pública por IBM. Con una recompra por el 1% ó 2% del capital no se resuelve gran cosa. ABB ha anunciado también la recompra de títulos por 2.200 millones de francos suizos y la cervecera Inbev tiene previsto la adquisición de acciones propias por otros 500 millones de euros en los próximos doce meses.
Compañías tecnológicas y de telecomunicaciones, energéticas y farmacéuticas son las que más recurren a la recompra de títulos propios. Todas ellas comparten como rasgo común un flujo de caja superior al de otros sectores y, descartadas operaciones de compra como la opa del gigante tecnológico Microsoft por Yahoo, la adquisición de títulos propios es otra de las alternativas con las que dar salida a tanta liquidez.
Las empresas recurren a la adquisición de títulos propios para redistribuir el exceso de capital, para reestructurar su deuda, alejar las posibilidades de ser objeto de una opa, reforzar el beneficio por acción y también para poner de manifiesto la infravaloración de las acciones en el mercado.
La recompra de títulos es una práctica común en el mercado e incluso de cierta raigambre en la gestión de algunas compañías, aunque en momentos de grandes dificultades para la renta variable como el actual cobra una especial relevancia.
Es la fórmula con la que garantizar una revalorización -a través del aumento del beneficio por acción- que el mercado niega. Sin embargo, los rigores de la actual desaceleración económica pasan factura en la Bolsa y también en la capacidad financiera de las empresas para adquirir acciones propias, sin olvidar un clima indiscriminado de desconfianza capaz de deslucir el efecto alcista de un ambicioso plan de recompra.
sábado, 1 de marzo de 2008
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